miércoles, 1 de febrero de 2012

La olla junto a la lapida

Miércoles 12 de mayo de 2004.
Estamos haciendo trabajos manuales en el colegio, un regalo por el día de las madres que también sirven como puntos para la materia. Todas trabajamos ansiosas. Yo me llamo M. Y tengo 13 años, tengo una hermana de 20 años, la mejor egresada del colegio en donde estoy estudiando, todas las maestras dicen que debo seguir su ejemplo, y yo me esfuerzo mucho, pero ella siempre es la mejor en lo académico. Mi padre está enfermo, los vecinos siempre nos ayudan con rifas y gracias a eso él se encuentra en un estado mejor. El es 'médico', elabora remedios naturales.
El regalo consiste en una olla pequeña de cerámica, adentro le rellenamos de arcilla fresca y ahora le estamos pegando fideos de todo tipo, arroz, porotos, etc. Está quedando lindo y todas opinamos que a nuestras madres les gustará.

Jueves 13 de mayo de 2004.
Continuamos trabajando, lo que pegamos ayer, hoy ya está seco y eso significa que podemos continuar. Pintamos todo con barniz, quedó más brillante y la olla de cerámica en realidad luce muy bien.

Viernes 14 de mayo de 2004.
Estamos poniendo los últimos detalles al regalo, le pusimos cintas alrededor de la olla. Ya está todo listo, sólo falta entregar nuestros regalos. Todas las compañeras estamos contentas, el trabajo fue todo un éxito.

Sábado 15 de mayo de 2004.
Hoy desperté un poco triste, mi casa es un poco fúnebre y desordenado, tengo muchos loros, cotorras y otras aves. Alrededor de mi casa hay muchas plantas. Casi no recibo visitas y mi hermana tampoco.
El gran día llegó, el día de la madre. Para la entrega de trabajos del colegio y obsequio para las madres, se organizó una misa, seguida de un acto cultural.
Todas mis compañeras están presentes, y ya le entregaron sus regalos hechos por sí mismas. Todas están felices, entusiasmadas. Entre tanto alboroto viene una de mis compañeras, yo con mi olla en la mano le sonrio, y ella me pregunta:
-¿Y tú madre? No le has dado aún el regalo..
Yo bajé la cabeza y le dije:
-Más tarde le voy a dar..
-¿No pudo venir?
-No, ella ya no está conmigo desde hace tiempo. Voy a llevarle la olla al cementerio, le voy a dejar la olla junto a su lápida.
Mi compañera se quedó anonadada, bajo la cabeza y con tristeza me dijo 'lo siento', yo sonreí, y ella no supo que hacer.

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