domingo, 4 de julio de 2010

Letter for my dad

Resulta que desde el día que use mi cerebro adecuadamente pude notar que eres poco vulnerable.
Nunca pude mirarte a los ojos, pero si conozco perfectamente (los mios son iguales), tiene el color de la yerba, mirando mas profundamente puedo ver como si fuera céspedes secos alrededor de la pupila, y cambia de color de acuerdo al humor del clima.
Te comparo con un dajao, solo vas sin salir de ese río sucio lleno de vicios y que cada día te contaminan mas.
Tienes fotofobia? No quieres conocer a Dios, ya te has nombrado varias veces como satanás, pero pobre de ti cuando mueras.
La ultima vez, si, esa vez que me diste un chuzón, te mire con lágrimas en los ojos y te note viejo. Ese rostro que se empieza a caer, y tu que todavía te crees el pendejo.
Y después de que das cada soplo causando caos, desapareces, y cuando vuelves, vienes lauto como si fuese que nada hubiera pasado.
Dejame ser la preopinante, quiero arrancarte el résped. En viejos tiempos siempre fuiste un lanero, el pupo del mundo entero, pero para mi solo eres un micrococo.
Yo solo quisiera nadar libre como una levisa feliz; me lo permites?