miércoles, 21 de diciembre de 2011

"Para las desgracias el tiempo es eterno, y nunca es un buen momento para hablar de ellas."


Llorar juntas es algo que no quise. Pero ¿comprenden ustedes lo que es sufrir en soledad?. Me he castigado sola por cosas que ella no lo haría, y saben que, me arrepiento, todos mis actos son tan pueriles, yo no me entiendo, es tan doloroso ver mis marcas y pensar que me aumentarán la dosis, pues no me equivoqué al pensar en tal cosa.

Un abrazo que llena, unas lágrimas que acompañan, y unas palabras de aliento y desesperación. Nunca quise lastimar, entonces me lastimé a mi misma. Pero una confesión como esa, lastima el doble a la persona a quién no quise hacer daño ni con la mirada.

Susurro miedos en el vacío de mi mente, siento frío en el fondo de mi alma; ¿quién está ahí para abrazarme? Ella. Solamente ella y nadie más. Los caballeros dejaron de existir. Me vuelvo loca con mis idilios, no puedo dormir pensando en aquellos recuerdos tan inocentes.

Desearía que todo fuera diferente, no quiero ser la de antes ni la de ahora, lo siento.

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