martes, 2 de abril de 2013

1. 2. 3. 4. 5.


1.

A: No abras las cortinas…
B: Abriré, ya sabes que los vecinos aquí piensan mal cuando uno anda encerrado.
A: Pues solo hicimos el amor, ¿Qué tiene de malo?
B: Abriré por que los vecinos podrían pensar que cometimos un crimen.
A: ¿Un crimen? ¿Cómo? ¿Asesinatos? ¿Qué asesinamos a nuestros dos hijos?
B: ¿Matarías a tus hijos?
A: No.
B: ¿Me matarías?
A: ¿Por qué preguntas eso?
B: Mírame, ¿me matarías?
A: ¿Por qué lo haría?
B: Para matar recuerdos…



2.

A: ¿Ya no vas a rechazar a mi hijo?
B: Si. Lo seguiré haciendo.
A: ¿Por qué? Es también tu hijo.
B: Lo sé.
SILENCIO.
B: Lo sé, es mi hijo.
SILENCIO.
A: ¿Por qué lloras?
B: No es nada, estoy algo frustrado.
A: Ya sé que no lo quieres…
PAUSA.
A: ¿Quieres comer algo?
B: Si.
A: Vamos al restaurante que está a tres cuadras, luego a un bar.
B: Perdón.
A: Apúrate.



3.

A: Cuéntame ¿cómo has estado en estos días?
B: Bien.
A: ¿Cómo van los estudios?
B: No me interesan mis estudios.
A: ¿Cómo están las cosas en tu casa?
B: Normal. Mis padres no dejan de pelear. Todos son un fastidio.
A: ¿Y tu novio?
B: Estuve recordando muchas cosas. Pero eso es lo de menos, quiero decirle que usted me parece una terrible persona, es usted muy cruel conmigo. Me hace preguntas, las mismas preguntas estúpidas de siempre. Oh, se ríe conmigo cuando las cosas van bien. Oh, pone cara de QUE RAYOS DICES o QUE RAYOS HAS HECHO o POR QUE DIABLOS ESTAS ASI cuando vengo con una crisis. Y no soporto esos mohines, no los soporto. ¿Sabe qué? Tengo ganas de acuchillarla. En fin, mi novio es encantador.



4.

A: Hace 3 semanas conocí a un hombre. Es agradable.
B: Pues bueno.
A: No sé qué intenciones tiene conmigo.
B: Pues pregunta.
A: No.
B: Pues jódete.
A: Tengo miedo de escuchar lo que no quiero.
B: Pues no preguntes.
A: Quiero saber sus intenciones.
B: Pues decídete.
A: Algún día me dirá. O lo sabré de todas formas.
B: Pues bueno.
A: Está comprometido. Hoy nos besamos. Creo que me gusta, y le gusto.
B: Pues quiere acostarse contigo.



5.

A: ¿Cómo me has encontrado?
B: Eres la persona más triste en este lugar.
A: ¿Qué tanto la conocías?
B: Lo suficiente para apreciarla.
A: Háblame de ella.
B: Un abismo precioso. El árbol con más dulces frutos. La que no merecía siquiera llamarse humana, no encontré en ella nada estúpido nunca. El error perfecto que Dios pudo haber hecho, la montaña más alta y vistosa: la que acaricia al cielo. La flor más marchita de algún jardín pero la que perfumaba con aromas encantadores todo aquello que olía bien podrido, porque a pesar de su tristeza que la dejaba tan fea nunca dejó de transmitir lo que ella en verdad era. El libro más emocionante que uno podría leer, esa era ella, era pura poesía.

0 susurros:

Publicar un comentario